2 comentarios en “La Ley y La Justicia”

  1. Más interesante, desde el punto de vista artístico, es considerar las obras de escultura realizadas para la Casa de la Villa, tales como las estatuas de la escalinata de acceso, los bustos de los óculos del frontispicio, los maceros y heraldos de las cuatro esquinas, así como los jarrones de mármol y de bronce que adornan el vestíbulo superior de la escalera principal y los intercolumnios de la galería que remata dicha escalera.

    Dos concursos públicos hubo que convocar (mejorando en el segundo el presupuesto) para que las obras fuesen más dignas. Las estatuas de la escalinata que representan la ley y la justicia, hechos en mármol blanco de Italia, y los dos heraldos y dos maceros que flanquean los ángulos del edificio (en piedra de Fonseca), fueron tallados por los escultores Garamendi, Serafín Basterra y Vicente Larrea, los cuales estaban asociados y tenían el taller en la calle de la Ribera. Cobraron 35.000 pesetas.

    Ellos mismos esculpieron los tres bustos centrales del frontis superior que representan a Don Diego López de Haro, el Cardenal Gardoqui y don Juan Martínez de Recalde. A 2.000 pesetas cada busto.

    Los otros dos de los extremos: el de Don Tristán Díez de Leguizamón y el de Don Nicolás Arriquibar fueron obra del escultor Don Tomás Fial, que tenía su taller en la calle del Cristo.

    Concurrieron a estas obras los artistas Montserrat y Carros (José María Carros tenía el estudio en Gran Vía, 18), Lasheras y Fernando Calina, que estaba asociado con Garamendi, Basterra y Larrea. Los jarrones los hicieron entre esta sociedad de Garamendi, y, José Soler, de Deusto; éste los cuatro de mármol blanco, y, aquéllos, los catorce de bronce.

    Jueces artísticos de estas obras fueron: Juan Barroeta, Antonio Plasencia, Anselmo Guinea, Joaquín Rucoba, Edesio Caramendi, Severino Achúcarro, Laureano Jado Santamaría y Enrique Epalza, los cuales rechazaron los proyectos de Alfredo Lucarini y Cía. (taller en Colón de Larreategui, 18), Anselmo Nogués, de Barcelona, y Carlos Palau, de Zaragoza, para las estatuas.

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